Gyeongju fue la capital del antiguo reino de Silla durante mil años, y aún hoy es un museo al aire libre lleno de templos, pagodas y tumbas reales. Aquí no solo se respira historia: también hay paisajes tranquilos, gastronomía local y una atmósfera que invita a la contemplación.
Caminar por Gyeongju es descubrir antiguos observatorios astronómicos, explorar tumbas cubiertas de hierba, y perderse entre los tejados de templos budistas rodeados de montañas. De día, la ciudad ofrece ruinas majestuosas; de noche, los estanques iluminados y palacios reconstruidos crean una postal mágica difícil de olvidar.