Andong es la cuna de la cultura confuciana coreana, donde las tradiciones no solo se conservan, sino que se viven. Aquí, las casas hanok siguen en pie, los rituales ancestrales se celebran con solemnidad y las máscaras no son decoración: son parte del alma del lugar.
Caminar por Andong es recorrer pueblos tradicionales como Hahoe, contemplar danzas con máscaras, dormir en una casa centenaria de madera y degustar la famosa galbi de Andong. A orillas del río Nakdong y rodeada de colinas tranquilas, es el lugar perfecto para desconectar del ruido moderno y conectar con las raíces coreanas.